Respuesta (2) @MaElenaMorera… México por Florence Cassez

Respuesta (2) @MaElenaMorera

22/01/2013

Segunda respuesta al  articulo de Maria Elena Morera titulado “Preguntas a la Ministra Olga Sánchez sobre el caso Cassez” y publicado en la Revista Animal Político

 

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No nos deja de sorprender el “valor” de ciertos “activistas” autoproclamados, como Isabel Miranda de Wallace (@WallaceIsabel) y María Elena Morera (@MaElenaMorera), cada una en conflictos de interés en torno al histórico caso Cassez. La primera por sus vínculos con el asombroso Eduardo Margolis; la segunda por su amistad y cercanía con el ex secretario de Seguridad Publica Genaro García Luna. Todavía creen disponer de la autoridad moral para opinar en este caso.

A la diferencia de Isabel Miranda de Wallace, cuya historia de secuestro de su hijo nunca ha sido comprobada (al contrario), es preciso mencionar que María Elena Morera si vivió el secuestro de su marido.

Sin embargo, la activista que siempre se ha posicionado en contra de Florence Cassez y ha mantenido públicamente la convicción de que la francesa era culpable, apenas salió de su mutismo y decidió dirigirse a los Ministros de la Corte para nuevamente posicionarse sobre el caso y reafirmar su convicción sobre la culpabilidad de Cassez.

Queremos usar nuestro derecho de réplica para subrayar las siguientes inconsistencias en la misiva de Morera.

1.   En primer lugar, Morera menciona que la defensa de Florence Cassez “ha insistido por todos los recursos legales e incluso mediáticos, en desvanecer las pruebas.”

Argumento ad hominem que trata de desacreditar la (excelente) defensa de Florence Cassez encabezada por el abogado Agustín Acosta, al sugerir el carácter reprehensible de la supuesta insistencia de la procesada y de su abogado. Morera evoca el supuesto uso excesivo o ilegítimo de los medios  (“recursos mediáticos”) para “desvanecer las (también supuestas) pruebas.” Los medios de comunicación son un arma doble. En un principio, se usaron los medios para atacar a Florence Cassez. Mejor dicho, los medios de comunicación no cumplieron con su deber de reserva y de neutralidad para volverse cómplices del linchamiento más vergonzoso que hayamos conocido en México. Los peores argumentos fueron solicitados para tratar de convencer la opinión pública de la culpabilidad de Florence Cassez: argumentos nacionalistas y xenofóbicos, entre otros. Consideramos como normal y para nada sorprendente, que se restablezca cierto equilibrio en el tratamiento mediático del caso Cassez y que la defensa haya  usado también los mismos recursos para presentar sus propios argumentos. Los argumentos invocados por la defensa de Cassez se basan en hechos y razón, no en suposiciones y mentiras. El silencio se tiene que romper, de una u otra manera. Y en medio del odio cacofónico contra Cassez, poco a poco se hizo escuchar otra voz, una voz animada por la razón y el deseo de conocer la verdad.

2.    Como para tratar de legitimar la posición que se defendió desde el inicio del caso Cassez, Morera menciona que: “En caso de que se dicte la liberación, no será porque Cassez sea inocente, sino por las irregularidades cometidas y al parecer, principalmente por el montaje de la aprehensión.”

Está claro que los Ministros de la Corte no deciden sobre la culpabilidad o la inocencia de Cassez simplemente porque no les corresponde. Lo que les pertenece es la tarea de determinar si se violaron los derechos humanos de la francesa y el debido proceso. Y precisamente, si se determina que estas violaciones ocurrieron, ¿cuáles serán las consecuencias? El reposicionamiento del proceso para que se dicte una nueva sentencia – muy probablemente absolutoria – de Cassez. Lo que van a decidir los Ministros – y no es tan difícil entenderlo – se refiere a la validez o invalidez de las pruebas que se utilizaron para condenar a Cassez. Si los Ministros se ponen de acuerdo sobre el hecho de que las violaciones (inadmisibles) a los derechos fundamentales de la procesada tuvieron un efecto corruptor y que resultan ilegales las “pruebas” sobre las que se basaron los 5 jueces anteriores para dictar sentencias condenatorias (por ejemplo que las pruebas fueron obtenidas ilegalmente), estaremos en un caso de una persona procesada sin prueba en su contra.

Por lo que le queremos preguntar a la Sra. Morera: ¿Cuál calificativo más le conviene a una persona en contra de la cual no existen pruebas válidas para establecer su culpabilidad?La palabra correcta empieza con una I.

3.    Hablando de “pruebas”, Morera cae en la contradicción en un momento muy preciso de su artículo. “La palabra de las víctimas es muy importante pero  estoy convencida que debe venir acompañada de pruebas. En este caso, aún imperfectas, existen.”

¿Podría explicarnos la activista que quiere decir el concepto de “prueba imperfecta”? 
¿Qué tipo de justicia condenaría a una persona a cadena perpetua basándose en “pruebas imperfectas”? Sin saber realmente que es lo que tiene, le podemos contestar que en un régimen democrático como él en que estamos supuestamente, no existen tales cosas híbridas como “pruebas a medias”Hay pruebas suficientes o pruebas insuficientes y punto. Si el ministerio público no logra comprobar fuera de la duda razonable la culpabilidad de una persona procesada, el juez la tiene que poner en libertad por falta de pruebas. Laduda razonable (implícitamente incluida en el carácter “imperfecto” de las supuestas pruebas invocadas por la autora) – este concepto que nos protege a todos de las arbitrariedades de la policía – es precisamente lo que le tendría que entrar en la mente a la Sra. Morera, salvo que tenga el valor de reconocer que su argumentación se desvanece por sí misma.

4.   Dejemos a un lado el carácter “imperfecto” de las pruebas y concentrémonos con esas supuestas pruebas. ¿Cuáles son?

1)      Las declaraciones de las “víctimas”

Si, después de 7 años (!), la Sra. Morera no ha tenido el tiempo, la inteligencia y simplemente las ganas de examinar las declaraciones de Cristina y Christian, de ver que fueron cambiando a medidas que se necesitaban más elementos para hacernos creer en la culpabilidad de Cassez, si no se ha dado cuenta de que la famosa carta de Cristina es falsa y no fue escrita por ella, si no se enteró de que Ezequiel ha sido torturado por la policía federal(encabezada por su amigo Genaro García Luna y el colaborador del éste Luis Cárdenas Palomino), si no quiere entender que las declaraciones posteriores de Cristina y Christian se rindieron después del descubrimiento del montajey que en realidad declararon no reconocer a Florence Cassez, ni por la voz, ni físicamente, … entonces no hay mucho que podamos hacer por la activista o para compensar la lentitud de su cerebro. Todos estos elementos sobre elcarácter contradictorio de las declaraciones, sobre las mentiras del testigo Ezequiel manipulado por Wallace y quien organizó su propio secuestro, ya los hemos comprobados y hasta nos da pena que la Sra. Morera tenga el mal gusto de actuar como si no existieran tales investigaciones, al repetir los mismos elementos sin fundamento.

Por lo que solo vamos a mencionar lo siguiente: todas las declaraciones son posteriores al montaje. Todas. Un montaje que no fue un accidente o un error que desafortunadamente hubiera viciado el debido proceso. El montaje fue planeado conscientemente. No fue un simple error. Es un verdadero crimen. No se puede comprobar que los testimonios de las supuestas víctimas mantengan independientes del montaje a raíz del cual se hicieron. Al contrario. El montaje – el lugar, sus participantes – se hizo con vistas a manipular la opinión pública, con vistas a fabricar un operativo de rescate que nunca tuvo lugar y tres secuestros que probablemente no ocurrieron. Las víctimas que participaron en este montaje, aceptaron (o tuvieron que aceptar) ser cómplices y actores en esta mentira televisiva. La única credibilidad que les queda es el estatus de víctima, cuando ese estatus ya no está comprobado (en el caso de Cristina y de su hijo, por lo menos, ya que el secuestro de Ezequiel nunca tuvo lugar).

Claro está que la voz de las víctimas tiene que ser escuchada. Siempre y cuando estas víctimas son dignas de fe, cuando se respeta la palabra de ellos y cuando no se los instrumenta para convertirles en portavoces del órgano acusatorio, el cual tiene un interés en que se declarara culpable a la persona detenida y procesada.

Al mismo título que Florence Cassez e Israel Vallarta, Cristina, Christian y Ezequiel son víctimas de la policía federal y queremos escucharlos al respecto.

2)     Pero hay más pruebas “imperfectas” que invoca Morera para reiterar su convicción sobre la culpabilidad de Florence Cassez.

Afirma Morera que “sus cómplices dijeron, que sí participó”. 
Concordamos con lo que escribe Morera, menos un detalle que no menciona. Se comprobó que los supuestos miembros de la supuesta banda de los Zodiaco declararon bajo tortura: Israel VallartaDavid Orozco(torturado en presencia de Isabel Miranda de Wallace), Mario Vallarta¿Qué dice la Sra. Morera de una confesión obtenida bajo tortura? ¿Qué dice la Sra. Morera de los métodos frecuentemente usados por la policía encabezada por su amigo Genaro García Luna para lograr declaraciones auto incriminatorias? Le queremos recordar a la Sra. Morera que el triste título de “jefe de banda” no se lo puede otorgar a Israel Vallarta por el simple hecho de que después de 7 años, todavía no ha sido juzgado.

Morera escribe que: “Ambos testimonios son claves para entender el porqué de su sentencia (de Cassez).” Precisamente, el porqué de la sentencia resulta ser la voluntad clara y maquiavélica de las autoridades en presentar a Florence Cassez como culpable, usando todos los recursos posibles, hasta la tortura, hasta el lavado de cerebro de un niño menor de edad  (Christian pasó toda la tarde del día 10 de febrero del 2006 solo en la SIEDO, apenas 4 días después del descubrimiento del montaje) para fabricar más elementos dirigidos a consolidar la mentira inicial.

Las supuestas “pruebas”, calificadas de “imperfectas” por María Elena, se desvanecieron por sí misma. Lástima que pasaron siete años para que este proceso de descubrimiento de la verdad – proceso que Morera participó en obstaculizar – se lleve a cabo. Siete años que les destruyeron la vida no solamente de Florence Cassez, sino también las de Cristina Ríos Valladares, de su hijo, así como la del mentiroso, manipulado, torturado e hijo de secuestrador Ezequiel Elizalde Flores.

¿Quién tiene la culpa?  – Las autoridades, la policía federal encabezada por Genaro García Luna. Y todos los que participaron en apoyar, difundir, consolidar la mentira orquestada por la hoy desaparecida Policía Federal. O sea: Ustedes, Sra. Morera, Wallace y Sr. Marti.

“Castigar a quienes por querer lucirse terminen poniendo en riesgo un proceso debería ser el primer paso” escribe Morera, cándida y olvidando de mencionar que el órgano estatal que tenía la culpa era encabezado su amigo Genaro García Luna, mismo que trata de minimizar la actuación de la policía calificándola como “error” y no como crimen (lo que realmente es). Que Morera se castigue también a ella misma por su complicidad (consciente o no) en la mentira.

Para terminar, el deber de los Ministros de la Corte no incluye él de “utilizar la pedagogía para explicarnos” y justificarse de su decisión, sobre todo cuando él “nos” designa cercanos al principal responsable de la injusticia más vergonzosa que se cometió en el México moderno. La activista, quién al menos se dirige a los Ministros respetuosamente – a diferencia de Wallace – prometiéndoles que respetara la decisión que se tomará dentro de dos días, debería entender que no tiene la autoridad moral para hablar en contra o incluso sobre Florence Cassez y que para ella no hay mejor manera de enseñar a los Magistrados su profundo respeto a la institución que la de guardar el silencio.

Y que ella – como activista autoproclamada – nos explique como puede seguir pensando que tiene alguna autoridad moral a la luz de lo siguiente:

Denuncian conflicto de intereses de Ma.Elena Morera, de México Unido Contra la Delincuencia

CRITICAN LABOR DE HIJO DE MORERA COMO ASESOR SSP

PS: también, queremos mencionarle a la Sra. Morera que, después de 7 años de enfocarse en la acusación contra Florence Cassez, debería conocer la ortografía de su nombre.

Felipe-Calderón-y-Antonhy-Wayne

Nolverto – @MXporFCassez

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